Leyendas
Leyenda del Santuario de Monserrate
El Santuario del Señor caído de Monserrate, se encuentra ubicado en la cima del Cerro de Monserrate, al oriente de Bogotá. Este nombre se da en honor a "Nuestra Señora de Monserrate" que se encuentra en un monte cerca de Barcelona, España. Ya que, su significado es "Monte en forma de dientes".
Cuentan que, por los cerros orientales de Bogotá, moran espíritus en silencio junto al Señor caído, los dioses Chibchas y Muiscas.
Algunos dicen que a la escultura del Señor caído le crece el pelo, que cuando han bajado la estatua pesa más que cuando la suben. Dicen además que las parejas de novios que visitan el Santuario nunca se casan. Que entre Bogotá y Monserrate existe un punto en el que sale el sol y marca el camino para llegar a El Dorado.
Pero los mitos y leyendas sobre el Señor caído de Monserrate y el lugar donde está, encierra más misterios y se centra en las creencias, ritos y milagros que muchas personas le atribuyen. Entre esas historias está el de la sanación a enfermos que lo visitan, y a cambio, ellos le hacen promesas de fe, como subir de rodillas al santuario, escalar el cerro con los ojos vendados, visitarlo los domingos a primera hora, en fin, existen muchas promesas que le hacen para conseguir su sanación.
Hay algunas personas que dicen que donde está el Santuario es el sitio de un volcán que está dormido, que cuando se despierte pondrá a temblar a todo Bogotá, que el movimiento que haga será tan fuerte que se tragará las edificaciones y que la gente no tendrá dónde refugiarse...
Una de las leyendas más mágica y fantástica que existe sobre este punto de la ciudad, tiene que ver con el equilibrista Harry Warner, quien en 1.895 tendió un cable o cuerda floja entre el santuario de Guadalupe y la cresta del cerro de Monserrate.
Cuentan que este hombre descalzo, comenzó a caminar por la cuerda floja desde el santuario de Guadalupe hasta el cerro de Monserrate. Dicen además que este equilibrista tenía los ojos vendados, ejecutó varios saltos mortales en el que se apoyaba de una sola mano. Además, descansaba en un solo pie, jugaba con pelotas, además transitaba en una bicicleta, todo esto desde la cuerda floja.
Narran que con sus manos sostenía una varilla de veinte metros para guardar el equilibrio. Además, dicen que, en un extremo de esa varilla, apoyaba un esqueleto gigante la cabeza con las piernas y brazos abiertos y que en el otro extremo estaba un fantasma del cacique Bogotá quien se colgaba del dedo grande de uno de sus pies...
Al llegar a Monserrate, muchas personas lo estaban esperando y le preguntaron:
"¿Cómo hizo para lograr dicha hazaña?". Harry Warner les contestó que él se colgaba un escapulario en su cuello que tenía la imagen del Señor caído de Monserrate, quien, con hilos invisibles, lo había sostenido, además que le decía "dichoso tú que has creído".
De esta manera concluimos estos mitos y leyendas a cerca del Cerro de Monserrate y el Señor caído.
El bobo del Tranvía
A finales del siglo diecinueve, es decir, hacia el año 1.900, Bogotá tenía tranvía, una especie de compartimientos rectangulares techados y con bancas para que la gente se sentara, que servía de transporte de pasajeros hecho con madera y metal. Los tranvías eran abiertos y a lado y lado tenían escalones para subir y bajar. Los primeros tenían un cochero que arriaba a las mulas que lo halaban por unos rieles a paso lento como un tren.
Posteriormente Bogotá tuvo tranvías eléctricos fabricados en Estados Unidos entre 1.910 y 1.949 que tenían acceso persona por persona, contaban con un chofer y un supervisor que imponía el orden y un cobrador que pedía a cada pasajero el valor del pasaje: cinco centavos.
Cuentan que por ese tiempo apareció en la ciudad Antonín "el Bobo del Tranvía", un curioso personaje gigantesco que se vestía como un policía con gorra roja, camisa verde, correa negra, pantalón amarillo, botas azules y con una señal de "PARE" en sus manos y otra que decía "SIGA". Además, contaba con un pito muy ruidoso.
Dicen que los universitarios de esa época nombraron a Antonín "comandante en jefe de circulación" y que lo tenían por inteligente, buen ciudadano, honorable, respetable, sociable y excelente hermano.
"El Bobo del Tranvía" hacía las funciones de policía de tránsito gratuitamente y que ponía multas a peatones, pasajeros y conductores por igual.
Antonín tenía una hermana muy hermosa, que cuando subía al tranvía todos silbaban y llenaban de piropos, él la quería mucho, la saludaba y corría al lado diciendo que la quería mucho y que Dios la bendijera.
Un día, la hermanita del "Bobo del Tranvía" se escapó de su casa para irse con ciudadano de aquella época. Esto le produjo una gran tristeza a Antonín, por eso se deprimió y se aisló de la gente...
Desde entonces, trotaba distraído, como perdido en las nubes, y por andar así, un día el tranvía lo atropelló. Toda la gente lamentó el accidente. Lo llevaron al hospital de Sibaté, donde murió esperando que su hermana lo fuera a visitar.
El bobo del tranvía. (2014, 7 abril). Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte. https://www.culturarecreacionydeporte.gov.co/es/bogotanitos/cuenta-la-leyenda/el-bobo-del-tranvia#:%7E:text=%22El%20Bobo%20del%20Tranv%C3%ADa%22%20hac%C3%ADa,silbaban%20y%20llenaban%20de%20piropos.
Leyenda del Santuario de Monserrate. (2014, 7 abril). Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte. https://www.culturarecreacionydeporte.gov.co/es/bogotanitos/cuenta-la-leyenda/leyenda-del-santuario-de-monserrate
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